Para empezar,
usted debe saber que el 90% de los alimentos en los supermercados argentinos
son transgénicos. Un transgénico es un Organismo Modificado Genéticamente
(OMG), es decir un organismo vivo que fue creado artificialmente en un
laboratorio mediante manipulación genética. Las técnicas de ingeniería genética
consisten en aislar uno o varios genes de un ser vivo (virus, bacteria,
vegetal, animal e incluso humano) para introducirlo(s) en - mezclarlos con - la
estructura genética de otro ser vivo. Esto hace la corporación Monsanto con las
plantas e indirectamente el ganado.
La diferencia
fundamental entre las técnicas tradicionales y la transgenesis
1) Los
cultivadores tradicionales sólo se realizan cambios que pueden ocurrir
naturalmente debido al clima, viento, las abejas y otros insectos. Por ejemplo
cruzas entre diferentes plantas mediante injertos y tratamiento de raíces. Los
procesos tradicionales no afectan ni desequilibran el medioambiente ya que
pueden tener lugar sin la intervención humana en la naturaleza y se consideran,
justamente, naturales.
2) En cambio los
procedimientos de transgenesis incluyen la manipulación genética extrema y
combinación de genes de virus, plantas y animales, algo que jamás podría
ocurrir en la naturaleza sin intervención humana, como por ejemplo la inclusión
de bacterias humanas y genes de pescado en las frutillas, o cepas de virus
infecciosos en el maíz. Por lo tanto, los procesos de creación de transgénicos,
las semillas transgénicas y las plantas transgénicas franquean las barreras
entre especies anti-naturalmente al liberar seres vivos nuevos que no existían
en la naturaleza. La contaminación genética supone un grave riesgo para la
biodiversidad y tiene efectos irreversibles e imprevisibles sobre los
ecosistemas. Asimismo los transgénicos requieren químicos que dañan a otras
plantas, los animales (incluyendo a los seres humanos) y los insectos.
Comida transgénica
desventajas y peligros para la Salud
* Primero y principal, la configuración
exacta de vitaminas, proteínas y nutrientes en las plantas orgánicas,
naturales, hizo posible la vida animal en la Tierra. Las plantas naturales
orgánicas y sus frutos son compatibles con los seres humanos ya que tanto los
humanos como los animales y las plantas son productos de la naturaleza. Los
nutrientes de las plantas y frutos orgánicos son fácilmente digeridos e
incorporados por los seres humanos y animales. En cambio los transgénicos
tienen 20 veces menos nutrientes que las plantas orgánicas naturales
produciendo una depresión gradual del sistema inmune y facilitando que las
personas y animales enfermen. Diversos estudios concluyen que los transgénicos
dañan los órganos humanos produciendo cáncer, infertilidad, alergias y muchas
otras condiciones criticas. Los nutrientes de los transgénicos fueron agregados
artificialmente y su digestión e incorporación es más difícil para el cuerpo
humano.
1. Muertes
registradas por GM. En 1989, docenas de americanos murieron y varios centenares
fueron afectados y deteriorados por una versión genética alterada de un
suplemento dietario – L-triptofan. Una indemnización de 2 mil millones de
dólares fue pagada por Showa Denko, la tercera gran compañía química japonesa.
(Mayeno y Gleich, 1994). Hace poco tiempo en Arabia una versión transgénica de
Maíz de Monsanto infectó a miles con un virus mortal.
2. Riesgos de
muerte por reacciones alérgicas. En
1996, genes de nuez de Brasil fueron injertados en brotes de soja por la compañía
Pioneer Hi-Bred. Algunas personas alérgicas a esta nuez sufrieron un shock
anafiláctico (similar a la reacción severa a la picadura de abeja) que puede
ser mortal. Ensayos con animales confirmaron el peligro y afortunadamente el
producto fue sacado del mercado antes que ocurriera alguna fatalidad. “El
próximo caso hubiera podido ser menos leve y el público menos afortunado”,
escribio Marion Nestle, Jefa del Depto. de Nutrición de NYU en un editorial del
New England Journal of Medicine. Actualmente las tasas de alergia aumentaron a
nivel mundial debido a los transgénicos. Este peligro incluye el consumo de
medicamentos para combatir las alergias.
3. Cáncer y otras
enfermedades degenerativas. Fue probado en al menos 300 estudios que los
transgénicos producen todo tipo de canceres, tumores, leucemia y enfermedades
degenerativas como la esclerosis múltiple. Cáncer directo y vínculos con
enfermedades degenerativas. En 1994, la FDA aprobó la rBGH, una hormona de
crecimiento genético de Monsanto, para inyectar en vacas lecheras –aun cuando
algunos científicos advirtieron sobre el resultado creciente del IGF-1, una
potente hormona química, vinculada con riesgos superiores a 400-500% de cáncer
de mamas, próstata y colon. Según el Dr. Samuel Epstein de la University of
Chicago, “induce trasformaciones malignas en las células epiteliales de los
pechos”. Estudios con ratas confirmaron la sospecha y demostraron daños de
órganos internos por ingestión de rBGH. De hecho, los propios experimentos del
FDA indicaron un crecimiento de la masa del bazo de un 46 % -un signo de
desarrollo de leucemia. El argumento fue que la hormona es destruída por
pasteurización. Pero en la investigación efectuada por dos científicos de
Monsanto, Ted Elasser y Brian McBride, sólo el 19 % de la hormona fue destruída
a pesar de hervir la leche durante 30 minutos, cuando la pasteurización normal
es de 30 segundos. Canadá, la Unión Europea, Australia y Nueva Zelanda han
prohibido la hormona rBGH. El Código Alimentario UN, un standard de salud
internacional del ambiente humano, rehuso certificar rBGH como seguro. No
obstante, Monsanto continuó vendiendo este producto en los EEUU., Brasil y
Argentina. Parte de la razón puede deberse a que la política del FDA fue
iniciada por Margaret Miller, Directora Delegada del Servicio de Consulta en
Salud Humana y de otros organismos… y antigua supervisora de Monsanto. Ella
abrió el camino a gran cantidad de agricultores a quienes se permitió tener
antibióticos en la leche –y en un factor de 100 o 10.000 %. Michael Taylor,
Esq. fue el asistente ejecutivo del director del FDA. Él bosquejó la Enmienda
Delaney que redujo al mínimo los riesgos de cáncer y más tarde fue contratado
como consejero legal en Monsanto, y posteriormente volvió a ser Comisionado de
Política en el FDA. Varios otros productos GM aprobados implican herbicidas
comúnmente conocidos como cancerígenos - bromoxynil usado en el algodón transgénico
y el Roundup de Monsanto o glufonsinato usado en sojas GM, grano y canola.
Además y según el investigador Sharyn Martin, un número de enfermedades
autoinmunes se ven acrecentadas por los fragmentos de ADN extraños que no son
totalmente digeridos en el estómago humano e intestinos. Los fragmentos de ADN
son absorbidos en la corriente sanguínea y potencialmente mezclados con el ADN
normal. Las consecuencias genéticas son imprevisibles y se han hallado
inesperados fragmentos génicos en cosechas de soja GM. Gilles-Eric Séralini,
docente de biología molecular en la Universidad de Caen, en Francia, y
presidente del Consejo Científico de Investigación Independiente en Ingeniería
Genética (CRIIGEN) probó que los transgénicos producen "una alarmante cantidad
de tumores" en mamíferos. Hace poco tiempo la corporación Monsanto intentó
desacreditarlo y ocultar su estudio al público. Efectos indirectos, no
rastreables en índices de cáncer. Aunque la prensa insiste con falsas pandemías
y más vacunas transgénicas, durante el siglo veinte se incrementó el descenso
de la tasa de enfermedades infecciosas. Pero... se produjo un ascenso
simultáneo de colapsos en sistemas del cuerpo o en el sistema inmunológico –
como en el caso del cáncer. El cáncer es afectado por todo el estado de
polución de nuestro ambiente –incluidos el aire, el agua y los alimentos.
Existe una cantidad inimaginable de combinaciones para los más de 100.000
productos químicos liberado en el ambiente. El impacto real no puede ser medido
por un puñado de experimentos estrictos que aíslen unos pocos factores a la
vez. Más bien toda la naturaleza es un terreno de ensayo. Pocos años atrás los
científicos se espantaron ante el hecho que una combinación aleatoria de
productos químicos (principalmente pesticidas) causara 1000 veces más cáncer
que la suma de los productos químicos individuales indicados en ensayos
separados. Más alarmante fue el hecho que algunos productos químicos fueron
ideados para ser perjudiciales por sí mismos. De igual modo, existe el potencial
de enteras nuevas maneras de re-ordenar el orden natural -con mutaciones
genéticas- como las mencionadas influencias no rastreables que también pueden
causar cáncer. Sabemos definitivamente que los rayos X y los productos químicos
causan mutaciones genéticas, y que los cambios mutagénicos se hallan detrás de
muchas altas tasas de cáncer –en los que las células se duplican fuera de
control. Esto solamente debería volvernos extremadamente cautos. En los EE.UU.
en el año 1900 el cáncer afectaba aproximadamente a 1 de cada 100 individuos.
Ahora afecta a 1 de cada 2 hombres, y a 1 de cada 3 mujeres a lo largo de su
vida. Estas tasas implacables se dispararon hacia arriba durante el siglo
veinte.
4. Enfermedades
virales y bacterianas: Los virus pueden mezclarse con genes de otros virus
provocando cepas más letales –y a tasas mayores de lo que se haya pensado. Un
estudio mostró las mezclas de genes ocurridas en virus en sólo 8 semanas
(Kleiner, 1997). Este tipo de escenario se aplica al virus mosaico CaMV del
coliflor, el virus más común usado en ingeniería genética – en el Round Up
Ready para soja de Monsanto, maíz Bt de Novartis, y en algodón y canola GM. Es
una especie de “pararetrovirus” que se multiplica produciendo DNA con el RNA.
En un estudio canadiense, fue infectada una planta con el virus mosaico
deteriorado de pepino que carecía de un gen necesario para el movimiento de las
células de la planta. En menos de dos semanas, la planta deteriorada tomó lo
que necesitaba de los genes vecinos –como evidencia de la mezcla genética. Esto
es significativo porque los genes que causan enfermedades son a menudo
estropeados para hacer el producto final “innocuo”. Resultados de esta clase
condujeron al US Departament of Agriculture a realizar una Junta en Octubre de
1997 para discutir los riesgos y peligros de mezclar genes y supervirus, pero
no fue adoptada ninguna acción regulatoria. Resurgimiento de enfermedades
infecciosas. El periódico Microbial Ecology inHealth and Disease informó en
1998 que la tecnología genética podía hallarse implicada en el resurgimiento de
enfermedades infecciosas. Esto ocurre por múltiples vías. Se desarrolla
resistencia a antibióticos mal empleados en bioingeniería, hay formación de
cepas vírales nuevas y desconocidas, y se produce la caída de la inmunidad a
causa de dietas de alimentos procesados y alterados. También se encuentra
transferencia de DNA transgénico entre bacterias. Diversos estudios han
demostrado que bacterias de la boca, faringe e intestinos pueden captar el DNA
transgénico del alimento de animales, que a su vez pueden ser transferidos a
los seres humanos. Esto amenaza el resultado del nivel de calidad del siglo
veinte – la reducción de enfermedades infecciosas que contribuyó rigurosamente
a elevar las expectativas de vida.
5. Riesgos de los
antibióticos – A través de la leche. Vacas inyectadas con rBGH tuvieron un muy
alto nivel de infecciones de ubre y requirieron más antibióticos. Esto dejaba
niveles inaceptables de residuos de antibióticos en la leche. Los científicos
alertaron de los riesgos para la salud pública de aumentar la resistencia a los
antibióticos. – A través de las plantas. Muchas implantaciones genéticas usan
una marca para rastrear el sitio donde el gen ingresa en la célula. Las plantas
de maíz GM usa una ampicilina resistente al gen. En 1998, la British Royal
Society alertó para que se prohibiera esta marca que amenazaba el uso de un
antibiótico vital. Las cualidades resistentes de la bacteria GM en alimentos
puede transferirse a otras bacterias en el ambiente y a través del cuerpo
humano.
6. Incremento de
las alergias a los alimentos. La pérdida de biodiversidad en la provisión de
nuestros alimentos crece en paralelo con el aumento de las alergias a los
alimentos. Esto puede explicarse por lo siguiente. El cuerpo humano no es una
máquina – “algo” que puede ser nutrido en línea de montaje, con copia a papel
carbónico de alimentos. Comemos por nutrición y vitalidad. Lo viviente
interactúa e intercambia con su medio ambiente. Las uniformidades antinaturales
–requeridas para patentar alimentos genéticos- son cualidades “muertas”. Con
frecuencia los alimentos que comemos y apetecemos son precisamente aquellos con
reacción positiva a tests de alergias alimentarias. Las células de nuestro
cuerpo reconocen esta carencia de vitalidad, produciendo anticuerpos y glóbulos
blancos en respuesta. Esto es análogo a las células de nuestro cerebro que
reconocen y rechazan los pensamientos mecánicamente repetidos –o el pensar
“como un disco rayado”. Intuitivamente las células de nuestro cuerpo y el
íntegro sistema inmune parecen rechazar una excesiva homogeneidad.
7. Defectos de
nacimiento, toxicidad, y nutrición deficiente. Defectos de nacimiento y vidas
útiles más cortas. Si ingerimos productos transgénicos humanos o animales no
hay ningún verdadero conocimiento del impacto sobre la evolución humana.
Sabemos que el rBGH en las vacas causa un rápido aumento de los defectos de
nacimiento y acorta sus vidas útiles. Toxinas internas. Los “alimentos
pesticidas” tienen genes que producen un pesticida tóxico en el interior de las
células alimenticias. Este representa el primer momento en que la “toxicidad de
la célula interior” es alterada para el consumo humano. Existen escasos
conocimientos respecto del posible impacto sobre la salud a largo plazo.
Nutrición disminuida. Un estudio en el Journal of Medicinal Food (del Dr. Marc
Lappe, 1999) demostró que ciertos alimentos GM presentan escasos niveles de
nutrientes vitales –especialmente componentes fitoestrógenos que se estima
protegen al organismo de cardiopatías y cáncer. En otro estudio acerca del GM
Vica Faba, un grano de la misma familia de la soja, había también un aumento de
niveles de estrógeno, así como aumentos de problemas sanitarios - sobre todo en
fórmulas de soja infantiles. Leche de vacas con rBGH conteniendo sustanciales
altos niveles de pus, bacterias y grasa. Análisis del glifosato resistente de
la soja de Monsanto demostraron que la línea GM contenía un 28 % más del
inhibidor Kunitz-tripsina, un conocido anti-nutriente y alérgeno.
8. Infetilidad.
Por ejemplo investigadores rusos encontraron que hámsteres alimentados con soja
transgénica no pudieron reproducirse después de tres generaciones alimentados
con soja. El experimento fue realizado durante dos años por investigadores del
Instituto de Ecología y de la Evolución de la Academia de Ciencias de Moscú, y
la Asociación Nacional Rusa para la seguridad de los genes. Los investigadores
trabajaron con cuatro grupos de hámsteres: uno alimentado sin soja, otro con
soja no transgénica, un tercero con soja transgénica y un cuarto con cantidades
mayores de soja transgénica. Luego de alimentar a los hámsteres durante dos
años, al llegar a la tercera generación se constataron resultados devastadores
en aquellos alimentados con soja transgénica y en particular en aquellos con
dietas más altas de la misma. Al llegar a la tercera generación, la mayoría de
los hámsteres alimentados con soja transgénica habían perdido la capacidad de
tener descendencia; también se constató un crecimiento más lento y una alta
tasa de mortalidad entre las crías. En otro estudio realizado en Rusia y
publicado a principios del 2010, los investigadores concluyeron que los
animales tuvieron un crecimiento retardado, alta mortalidad entre las crías, e
incluso crecimiento del pelo dentro de la boca de los hámsteres. Aunque otros
estudios han demostrado alta mortalidad en animales de laboratorio alimentados
con soja transgénica, uno de los investigadores (el biólogo ruso Alexey V.
Surov) comentó que se necesita más investigación, ya que la infertilidad y la
anormalidad del pelo pueden no ser causadas solamente por la soja transgénica o
por organismos genéticamente modificados, sino que tal vez podría ser el
resultado de una combinación de contaminantes en la alimentación, tal como el
Round Up que se encuentra en concentraciones muy altas en la soja y maíz
transgénico de Monsanto. Las palabras del investigador Surov son ilustrativas:
“No tenemos derecho a usar organismos genéticamente modificados hasta no
comprender sus posibles efectos adversos, no solo hacia nosotros sino también
para las futuras generaciones. Para clarificar esto es imperiosa la necesidad
de llevar a cabo estudios completos y detallados sobre el tema. Cualquier tipo
de contaminación debe ser sometida a estudio antes de pasar al consumo y los
organismos genéticamente modificados solo son una de ellas”. Mientras tanto, Greenpeace sabe al menos
desde el año 2008 que los transgénicos producen infertilidad, pero la
organización no actúa contra Monsanto en Argentina. En ese año se dio a conocer
el siguiente comunicado, que Greenpeace publicó en otros países: "Se ha
dado a conocer un estudio realizado por expertos de la Universidad de Viena en
el que se concluye que los alimentos transgénicos pueden provocar infertilidad.
Se trata de uno de los pocos estudios que muestran científicamente los
problemas que pueden originar este tipo de alimentos. Ante las pruebas
obtenidas, algunas organizaciones ecologistas como Greenpeace exigen la retirada
de los cultivos transgénicos". El estudio ha sido patrocinado por los
Ministerios de Agricultura y Sanidad de Austria (Austrian Ministries for
Agriculture and Health) y fue presentado ayer durante la celebración de un
seminario científico en Viena. Toda la investigación se basa en el maíz
transgénico desarrollado por la compañía biotecnológica Monsanto, concretamente
con la variedad de maíz NK 603 x MON 810. Los investigadores austriacos
estuvieron realizando distintos ensayos durante 20 semanas en las que le
proporcionaron a un grupo de roedores de laboratorio una alimentación diaria en
la que se contemplaba un 33% de los transgénicos mencionados. Uno de los
estudios que se realizaron fue la evaluación de la reproducción mediante cría
continuada, los roedores progenitores tuvieron varias camadas en un periodo de
tiempo en el que fueron alimentados con la variedad de maíz NK 603 x MON 810. A
otros grupos de roedores se les proporcionó una alimentación similar pero con
maíz convencional. Los resultados mostrados fueron bastante evidentes, los
investigadores indican que se produjo una reducción del número de crías y el
peso que éstas presentaban era significativamente menor comparándolo con el
grupo de control que no ingirió alimentos transgénicos. La conclusión de los
investigadores es que los alimentos transgénicos pueden provocar infertilidad.
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