Caritas es
Una ONG progre, independientemente de que muchos de sus
miembros no lo sean, que
Secunda parte de los objetivos de la ingeniería social para
la destrucción del alma
Europea. Para la implantación de esos objetivos, algunos
colaboran haciendo pedagogía
En los colegios y otros repartiendo bocadillos.
La inmigración, sobre todo la mahometana, es contraria a los
intereses económicos,
Sociales y espirituales de España. Lo vemos a diario en
nuestra crónica de sucesos. De
No ser por el asistencialismo de Caritas, muchos de esos
inmigrantes ya se habrían
Marchado. Inútil pretender que los miembros de Caritas se
convencieran del terrible
daño que están haciendo (que han hecho ya) al futuro de este
país. Ellos creen a pies
juntilla en el relativismo antropológico y en la fraternidad
entre lobos y ovejas. Que lo
crean de buena o mala fe es para nosotros asunto menor.
A través de los testimonios de decenas de lectores y los
datos recabados por nosotros
Mismos, sabemos que Caritas ha priorizado las ayudas
destinadas a la población
inmigrante, en menoscabo de la autóctona. Cuando el
reagrupamiento familiar consiste
en que un inmigrante islámico se traiga a toda su familia
(con las consecuencias a medio
y largo plazo que esa medida trae aparejada y al ejemplo de
algunos países europeos nos
remitimos), nuestra obligación, como españoles pero también
como cristianos, es la de
oponernos a una medida tan suicida.
Este medio no ha vacilado nunca en llamar a las cosas por su
nombre. El Cristianismo
no puede ser nunca un cheque en blanco contra nuestra razón
existencial y la vida de
nuestras mujeres y de nuestros hijos. La participación de
Caritas en la estrategia de las
Entidades inmigracionistas no nos puede llevar más que a
considerarla como parte
Fundamental del problema, le guste o no a muchos católicos
de buena fe.
“Pues amarga es la verdad, quiero echarla de la boca”,
sostenía el conocido verso de
Quevedo. Cada uno tiene su verdad. Las nuestras no cuentan
con el beneplácito de los
amos del momento. El camino elegido es duro y cuesta arriba,
y nos llueven piedras
desde muchos sitios, incluso de los católicos de salón y
canapé.
Decía Gramsci que “hay que actuar con gran pesimismo de la
razón pero con un fuerte
optimismo de la voluntad”. Curiosamente, este pensamiento
del teórico marxista tiene
una innegable belleza, pues es una invitación a la fe, a
aceptar las dificultades sin caer
en la resignación y la renuncia, unida a la implícita
promesa de la recompensa al final
del camino. Los antiguos romanos decían, sin sospechar
siquiera la similitud futura con
la moral cristiana por venir: “Per aspera ad astra” (“Por la
dificultad hacia las
estrellas”).
Mientras el tiempo lo permita y las autoridades no lo
impidan, seguiremos aportando
nuestro grano de arena en esta tarea de ayudar a agitar (en
el buen sentido de la palabra)
las adormecidas conciencias de muchos de nuestros
compatriotas. Aunque eso suene
como excesivo, enfrentado al espesor del aletargamiento
bovino de esta sociedad.
Caritas se ha convertido en una gran mentira. Y en algo tan
inútil desde el punto de vista
pastoral que ha sido incapaz de convertir al Cristianismo a
una sola de las cientos de
miles de personas de otras confesiones a las que lleva años
alimentando gratis. Caritas
es el caballo de Troya de la islamización de España. Esa es
la realidad y lo demás es
comentario. Fueran los anatemas laicos políticamente
correctos que ya no asustan a
nadie. La Iglesia en España chapotea en la mentira. Justo es
subrayar que existen
meritorias excepciones. Una de ellas es la del Padre Calvo,
quien sostuvo hace poco que
muchos de los que hoy son alimentados por Caritas serán
mañana nuestros verdugos.
La jerarquía católica con la mentira de Caritas enemiga de
la sociedad cristiana. Esa es
la verdad y lo demás es propaganda. Caritas no es el buen
samaritano sino una
exuberancia de estupidez suicida. Y si no que se lo
pregunten a los coptos o a los
cristianos en Nigeria o a Asia Bibi en Pakistán,
incomunicada en cadena perpétua. No
hay caridad para los cristianos, ni fraternidad. La Iglesia
calla, cobarde y cómplice,
mientras alimenta el conflicto en España. Esa Iglesia sólo
atenta a sus privilegios y a su
financiación y que vende al por mayor la mentira de Caritas.
Caritas es el comedor social de los musulmanes. Caritas es
la media luna de los idiotas.
Y no tan idiotas, porque resulta que de fomentar la amenaza
musulmana con su
demografía expansiva viven la friolera de 4.357 católicos
oficiales, que están
asalariados de Caritas, que viven de Caritas y en buena
medida del contribuyente,
porque el 33,70% de los fondos salen de los fondos públicos,
de las administraciones
locales (19.635.876 euros), las autonómicas (31.499.100), de
la central (28.626.405) y
de la Unión Europea (4.728.352). Datos oficiales de la web
oficial de Caritas.
Por supuesto, hay que acabar con esta mentira, aunque
algunos católicos oficiales
amenacen con sus falaces excomuniones. Con nuestro dinero no
se va a financiar a los
islamistas. Para nada. No pensamos volver a dar un solo euro
a la Iglesia, ni en el
cepillo, ni mucho menos poner la crucecita. Y animamos a
todos a hacer lo mismo.
Caritas es mentira, grosera mentira. Es una coartada del
sistema y un quintacolumnismo
islámico. Ni un euro a Cáritas. Ni un euro a la Iglesia. La
verdad nos hará libres y
Cáritas es mentira, es la media luna camuflada con la
crucecita...Fuente alerta digital
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