OPERACIÓN GLADIO: LA HISTORIA NO CONTADA DE LA ALIANZA ENTRE
EL VATICANO, LA CIA Y LA MAFIA
Tras el término de la Segunda Guerra Mundial, el Vaticano,
la CIA, los ex nazis y la mafia siciliano-americana forjaron una alianza para
luchar durante la Guerra Fría contra la antigua Unión Soviética y la creciente
influencia pro-soviética en Europa y el resto del el mundo.
En un libro recientemente publicado, titulado “Operation
Gladio”, el periodista Paul L. Williams ofrece nuevas e inquietantes evidencias
que exponen lo que él llama la “alianza impía”.
La historia comenzó ya en 1942, con la formación del Banco
del Vaticano.
El mismo año, la ONI (Oficina de Inteligencia Naval, la
antecesora de la CIA) reclutó a Lucky Luciano, un capo de la droga. El director
suizo de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), Allen Dulles, llegó a la
conclusión: “Estamos luchando contra el enemigo equivocado”.
Allen Dulles
Las Schutzstaffel, mejor conocidas como las SS nazis,
enviaron un mensaje a Dulles a través del Vaticano en el que decían que el
gobierno nazi quería firmar la paz separadamente con los Estados Unidos;
querían luchar contra los soviéticos.
Dulles se reunió con el príncipe Max von Hohenlohe en Berna,
Suiza. Hohenlohe descubrió que Dulles estaba de acuerdo con él. Más tarde,
Dulles se reunió también con otros oficiales nazis para forjar la nueva alianza.
Por su parte, el Jefe de Inteligencia Especial para la OSS
en China, el coronel Paul E Helliwell, pensó en otra alianza impía entre la
comunidad de inteligencia de Estados Unidos y grupos del crimen organizado.
Lucky Luciano
En consecuencia, las agencias de inteligencia
estadounidenses sacaron al capo mafioso Lucky Luciano de la cárcel, lo que le
permitió construir su imperio de los narcóticos y simplemente se sentaron a
observar el flujo de drogas fluyendo hacia los guetos negros en gran parte de Nueva
York y Washington. La alianza impía de los espías y criminales estadounidenses
se repitió en todas partes, desde Laos y Birmania hasta Marsella y Panamá.
Después de que Richard Nixon se convirtiera en presidente en
1969, la estrategia de la tensión ganó más ímpetu. El Asesor Nacional, Henry
Kissinger, dio órdenes a Licio Gelli,un agente fascista italiano de la logia
masónica Propaganda Due (P2), para que llevara a cabo ataques terroristas e
intentos de golpe de Estado.
Los Estados Unidos y el Vaticano invirtieron millones de
dólares en estas operaciones. La mayor parte del dinero se recaudó de formas
cuestionables.
El primer ataque importante en Europa tuvo lugar el 12 de
diciembre 1969, cuando una bomba estalló en el vestíbulo de la Banca Nazionale
Dell’Agricoltura en Milán, Italia. Diecisiete personas murieron en la
explosión. Al cabo de una hora, tres bombas explotaron en Roma. Según cifras
oficiales, 14.591 actos de violencia con motivación política se llevaron a cabo
entre el 1 de enero de 1969 y el 31 de diciembre de 1987. En estos ataques
terroristas, murieron 491 personas y 1.181 resultaron heridas.
De todos estos atentados se culpó falsamente a grupos de
extrema izquierda anarquistas y marxistas.
Un gran número de ataques terroristas similares se llevaron
a cabo en otros países europeos entre 1965 y 1981. Tras una serie de intentos
de asesinato frustrados contra el presidente francés Charles De Gaulle, éste
denunció “la guerra secreta del Pentágono” y expulsó la sede europea de la OTAN
de su país.
En América Latina, la CIA y el Vaticano lanzaron la
Operación Cóndor, la versión latinoamericana de la Operación Gladio.
Cualquier gobierno se arriesgaba a ser atacado mediante esta
operación si defendía la nacionalización de la industria privada (en particular
las empresas de propiedad extranjera), una reforma agraria radical, políticas
comerciales autárquicas, aceptación de la ayuda soviética o una política
exterior anti-americana.
“La CIA y el Vaticano comenzaron la Operación Cóndor en la
década de 1970, cuando el Opus Dei suscitó el apoyo de los obispos chilenos
para el derrocamiento del gobierno del Presidente Allende. El grupo católico
estaba trabajando en estrecha colaboración con las organizaciones financiadas
por la CIA, como Patria y Libertad, que más tarde se convirtió en la temida
policía secreta chilena”.
En 1971, la CIA comenzó a desembolsar millones de dólares en
el Instituto Chileno de Estudios Generales (IGS), un think tank del Opus Dei,
para la planificación del levantamiento contra Allende. Muchos miembros de la
IGS se unieron al gobierno tras el golpe de Estado. Hernán Cubillos se
convirtió en el ministro de Relaciones Exteriores. Fue el fundador de ‘Que
Pasa’, una revista del OPUS Dei y editor de ‘El Mercurio’, el periódico más grande
de Santiago de Chile, que fue subvencionado por la CIA.
En su libro, Williams muestra que el Vaticano estaba
completamente involucrado en la Operación Cóndor. El Papa se involucró en la
purga de los clérigos de izquierdas; los líderes de la junta militar eran
católicos devotos. El Vaticano no abandonó al general Pinochet, incluso cuando
fue arrestado en Gran Bretaña por el asesinato de miles de chilenos.El
Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Angelo Sodano, escribió al
gobierno británico en nombre del Papa para exigir su liberación.
Angelo Sodano
Bajo Pinochet, cientos de miles los chilenos habían
desaparecido, mientras que más de cuatro mil habían sido asesinados. Más de
cincuenta mil chilenos fueron torturados en el nombre del dios católico. La
guerra sucia de la CIA fue perpetuada en muchos países de América Latina con la
ayuda y bendición del Vaticano.
Williams cita a la filtradora del FBI Sibel Edmonds, quien
dijo:
“Entre 1996 y 2002, nosotros, los Estados Unidos,
planificamos, financiamos y ayudamos a ejecutar cada incidente terrorista
importante realizado por los rebeldes chechenos (y los muyahidines) contra
Rusia. Entre 1996 y 2002, nosotros, los Estados Unidos, planificamos,
financiamos y ayudamos a ejecutar cada levantamiento individual y acto
terrorista en Xinjiang (también conocido como Turkestán Oriental o Uyhurstan).
Entre 1996 y 2002, nosotros, los Estados Unidos, planificamos y llevamos a cabo
al menos dos planes de asesinato contra funcionarios pro-rusos en Azerbaiyán”.
La historia real no es tal y como nos la cuentan en los
libros y la tele…
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