Lo que sí se puede
hacer –por ley - es aplicar el artículo 155 de la Constitución, que permite al
Gobierno, previo requerimiento al presidente de la Comunidad Autónoma y con la
aprobación de la mayoría absoluta del Senado, tomar las medidas adecuadas para
salvaguardar el interés general de España. Lo peor que puede pasar,
ciertamente, es disponer de las armas legales para evitar la secesión de una
parte de España y no haber querido utilizarlas….
Por Albert Escusa
Existe una rama muy poderosa del nacionalismo
catalán, influenciada desde hace mucho por las vicisitudes del pueblo judío,
sobre todo por el movimiento sionista posterior a la II Guerra Mundial que dio lugar,
en 1948, a la fundación del Estado de Israel en los territorios palestinos.
Esta identificación se reafirmaba cuando al
convertirse en una forma de atacar al catalanismo por parte de sus enemigos.
Pío Baroja, por ejemplo, en 1907 acusaba a los catalanes de ser «los judíos de
España»
Figuras destacadas del catalanismo fueron
acusadas de ser judíos, como Companys o Cambó. Muchos catalanes de diversas
ideologías inclinaron sus simpatías hacia el pueblo judío y hacia el Estado de
Israel, cuya creación influyó tanto en Josep Plà (maravillado al visitar
Israel en 1950) como en el antifranquista Salvador Espriu, que presentaba a
Israel «como la proyección mítica de Cataluña» (2).
Las relaciones entre el catalanismo y el
sionismo se consolidaron gracias a la amistad del padre de Jordi Pujol con el
magnate empresario judío David Tennenbaum, creador de la Banca Dorca de Olot,
germen de lo que fue la futura Banca Catalana (3), operación que consolidó a
Jordi Pujol y su entorno como centro del nacionalismo catalán. La simpatía
hacia el sionismo afecta a militantes de casi todos los sectores del
nacionalismo, desde los católicos de Convergencia i Unió (CiU), a los laicos de
Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) e incluso a algún grupo de la izquierda
extraparlamentaria.
La simbiosis catalanismo-sionismo ha sintetizado
el “catasionismo”, corriente dominante en el nacionalismo catalán.
Paradójicamente, el sionismo también es una de las mayores influencias que han
tenido los Gobiernos del Partido Popular, cuya ideología está en las antípodas
del nacionalismo catalán.
La presión del catasionismo consiguió en el 2005
el incremento de las relaciones entre Israel y Cataluña, concretadas tras la
reunión de Maragall con Shimon Peres, del fomento de la cooperación tecnológica
entre Cataluña e Israel a través de la Fundació Catalana per a la Recerca.
LA RED CATASIONISTA
Según el periódico La Vanguardia (4), los
políticos catasionistas más importantes son el ex–presidente Jordi Pujol; Josep
Lluís Carod-Rovira, Presidente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y
actual vicepresidente de la Generalitat; Miquel Sellarès, periodista y antiguo
responsable de seguridad en los gobiernos de CiU y hoy cercano a ERC, Joan
Oliver, antiguo director de TV3 y militante de CiU, y Maria Josep Estanyol,
doctora el filología semítica en la Universitat de Barcelona y militante de
ERC.
Intelectuales catasionistas influyentes son Pilar
Rahola, antigua militante de ERC y hoy situada en la extrema derecha del
sionismo (partidaria visceral de Ariel Sharon); el periodista Pere Bonín, Joan
B. Culla, historiador de la Universitat Autònoma de Barcelona, la escritora
Marta Pessarrodona, el periodista y escritor Valentí Puig y Lluís Bassat,
publicista y candidato a la presidencia del Fútbol Club Barcelona. Pero
especial atención merece el jefe de filas del sionismo catalán, Vicenç
Villatoro, diputado por Convergencia i Unió (CiU), escritor, periodista y
antiguo director del diario nacionalista Avui y de la Corporació Catalana de
Ràdio i Televisió, ente que engloba las emisoras de la Generalitat.
Algunos de los catasionistas no pasan de tener
ciertas simpatías e identificación hacia la política del Estado de Israel,
desarrollando su cometido silenciosamente, mientras que otros ejercen
violentamente de comisarios políticos de Israel en Cataluña, manipulando y
triturando, desde los púlpitos televisivos y los poderosos medios de
comunicación que los apoyan, cualquier disidencia hacia la política de Israel.
Los medios de comunicación filo-sionistas
De los medios más pro-sionistas hay que destacar
en primer lugar el periódico Avui, así como La Vanguardia, también receptiva
hacia el sionismo. Las radios y televisiones públicas (TV3, C33 y Catalunya
Ràdio básicamente), han perdido parte de su furor sionista desde que Vicenç
Villatoro dejó de ser su director, aunque en las tertulias televisivas de TV3
y el C33 son fijos los catasionistas más importantes, como el propio
Villatoro, Rahola, Joan B Culla y otros. También la Fundació Catalunya Oberta
es un establecimiento filosionista.
Asimismo se ha creado una red de medios de
comunicación de tendencia catasionista, donde participan catasionistas
prominentes. Este es el caso de Tribuna Catalana, (www.tribuna.cat), página
dedicada a la política general, que tiene enlaces al Centre d’Estudis
Estratègics de Catalunya (CEEC), ambos dirigidos por Miquel Sellarès, y a la
Revista Debat Nacionalista, cuyo primer número entrevista al historiador
catasionista Joan B. Culla, a quien le dedica la foto de portada.
La finalidad de la información de estos medios es
crear una corriente de opinión favorable a las políticas de Israel y contraria
a las luchas de los pueblos árabes.
El CEEC realiza estudios y análisis de la
situación mundial desde una óptica favorable a la estrategia y a la ideología
atlantista de la OTAN y de la política del Estado de Israel. El CEEC defiende
la invasión de Afganistán por la OTAN como un freno a la “jihad” (guerra santa
musulmana) y por el bien de la seguridad de Europa y Cataluña, manifestando que
la agresión de la OTAN es «una opción que puede parecer más “dura” pero que en realidad
es simplemente más realista» (5) En el mismo artículo se alegra de que la
cumbre de la OTAN haya tenido lugar en Letonia, presentando a los rusos, a su
presidente Putin y a su control del gas y el petróleo como enemigos para
Europa.
En otro artículo se ataca la política exterior
de Zapatero por considerarla antiamericana, antiisraelí y proárabe. Lamenta
que la decisión (finalmente revocada) de vender aviones y barcos a Venezuela
haya puesto en peligro la amistad con los Estados Unidos (6).
La vocación intoxicadora de este medio queda
evidente cuando identifica sutilmente la política exterior del gobierno del
PSOE con el franquismo y éste con el mundo árabe: en un artículo que lleva por
título “¿España se posiciona contra el gobierno de Israel?”, el CEEC afirma:
«en la otra banda del arco ideológico del Estado español encontraríamos la
análoga “tradicional amistad con los países árabes” en la que insistió durante
40 años el régimen del general Franco.» (7) Otros artículos del CEEC muestran las
operaciones de agresión israelíes desde la perspectiva sionista, como guerras
defensivas frente a la amenaza árabe. (8)
Desde Tribuna Catalana se elaboran artículos
antipalestinos, como los dedicados contra la victoria electoral de Hamás.
Tribuna Catalana, manipulando el conflicto de Palestina, “recuerda” a la Unión
Europea que «hay decenas de miles de funcionarios y policías pagados con dinero
europeo» y que no se puede seguir financiando a un gobierno «que envía
kamikazes a hacerse explotar en un autobús o en una cafetería israelí» (9).
Otros artículos critican la posición
pro-palestina de una parte de la izquierda israelí debido según Tribuna
Catalana al «autoodio de la extrema izquierda israelí cercana a los grupos
palestinos» (10)
Desde la revista El Temps, donde escriben entre
otros sionistas la ultra Pilar Rahola, se intenta hacer pasar a los agresores
como víctimas, como en el reportaje sobre la comunidad judía dels “Païssos
Catalans”, se justifica las matanzas israelíes en el Líbano a raíz de la
detención de militares israelíes por Hamás, considerada como “agresión”: «La
gente está extrañada y no entiende esta agresión.
Por eso un 98% de los israelíes aprueban la
medida tomada por su Gobierno y la entiende.» (11) También encontramos en el
mismo número una entrevista a la ministra de asuntos exteriores de Israel.
Lucha por las emisoras públicas y depuración de
periodistas
Entorno al control de los medios públicos se
desarrolla una sorda lucha de los catasionistas, que no ha trascendido al
público. Vicenç Villatoro, cuando fue responsable de la radiotelevisión
catalana, despidió al periodista a Eugeni Garcia, corresponsal en Jerusalén de
Catalunya Ràdio.
El Comité Profesional de la emisora, denunció en
un comunicado que el despido se debía a «la presión reiterada de la comunidad
judía en Catalunya, que cuestiona la imparcialidad informativa de la redacción
de informativos y de su corresponsal en Jerusalén.» (12)
Otra riña sucedió en los medios de Catalunya
Radio, cuando Vicenç Villatoro atacó al periodista Antoni Bassas en una carta
al diario Avui, por no cortar a un oyente que llamó al programa de Bassas y
dijo que «los judíos e Israel se encontraban en el eje del mal», según
“denunció” Tribuna Catalana, medio que se queja del «infantilismo» de TV3 en el
tratamiento de la guerra de Irak o las informaciones sobre EE.UU. e Israel,
responsabilizando de ello al periodista Joan Roura (13).
Roura también fue atacado desde La Vanguardia por
Joaquim Roglán, quien “denunció” al periodista de TV3 por no defender la
“imparcialidad” en el conflicto sionista-árabe informando «de manera
desmesurada» sobre la violencia israelí (14).
ESQUERRA REPUBLICANA, PARTIDA EN DOS
ERC es uno de los partidos que más está
infiltrado por el sionismo, ya desde los tiempos de Pilar Rahola. Dirigentes
catasionistas como Carod Rovira están enfrentados con otros como Rosa Bonàs y
Joan Puigcercós por la política hacia Israel. Las JERC, juventudes de este
partido, se han manifestado reiteradamente a favor de la causa palestina,
sufriendo incluso represión policial, pero el “lobby” sionista es muy poderoso
en ese partido: ERC nunca se ha manifestado públicamente a favor de Palestina y
contra la política racista e imperialista de Israel.
Una muestra de la influencia sionista en ERC la
podemos ver en el nº 70 (abril-mayo del 2006) de Esquerra Nacional, revista
oficial de ERC.
En la primera página de este número se
entrevista a Jaume Fernández, historiador y militante de ERC, donde explica el
balance de unas jornadas sobre sionismo y catalanismo, jornadas en las que
participaron Consellers de la Generalitat. Según Fernández, que por una “rara”
coincidencia también es miembro del filosionista CEEC, en las jornadas se
denunció al «pensamiento único» contra Israel, «anclado en una posición
ideológica heredera de un marxismo trasnochado» (15).
Cuando Carod Rovira visitó Israel junto con
Maragall en mayo del 2005 para realizar un homenaje a Yitzhak Rabin,
asesinado por un judío ultraortodoxo, se levantaron ampollas en la izquierda
solidaria con la causa palestina.
El colectivo Palestina Resisteix, recordó a Carod
el pasado de Rabin, que al mando de unidades militares realizaba operaciones de
limpieza étnica y actos terroristas. (16) Al parecer Carod es simpatizante del
Partido Laborista Israelí, y en alguna de sus conferencias electorales para las
elecciones autonómicas del 2006 había invitado a varios embajadores entre los
que se hallaba el de Israel.
Bernat Joan, eurodiputado de ERC, sin declararse
sionista, defiende tesis sionistas y norteamericanas cuando “denuncia” en su
blog el asesinato del Primer ministro libanés Hariri, pro-israelí, como una
conspiración de Siria e Irán, países a los que acusa de querer colonizar el
Líbano (17) Para Josep Huguet, exconseller de la Generalitat «en el pensamiento
de sectores radicales del españolismo, los catalanes ocupamos el lugar de los
judíos». (18)
Rosa Bonàs, una voz valiente
Rosa Bonàs, diputada al Parlamento español por
ERC es una de las valientes excepciones dentro del panorama nacionalista
catalán. Su mérito es mucho mayor por el hecho de estar casada con un israelí,
tener hijos de esa nacionalidad y haber pasado varios años viviendo en Israel,
país del que tuvo que huir, como ella misma explica:
«A medida que se iban multiplicando los
asentamientos en Gaza y Cisjordania, el Ejército para la Defensa de Israel se
convirtió en un ejercito de ocupación con todo lo que ello implica. (...) en
1989, nuestro hijo tenía ya 10 años, fuimos conscientes de que aquel niño tenía
ante sí dos opciones: ser soldado de un ejército de ocupación o pasar su
juventud en la cárcel, como tantos amigos que se negaron a servir en los
territorios ocupados» (19).
Rosa Bonàs, que pide respeto para el pueblo
palestino y defiende su derecho a vivir en un Estado viable, tiene un amplio
historial de lucha por la paz desde hace décadas y no ha dudado en sumarse en
iniciativas a favor del pueblo palestino.
Carod Rovira se arrodilla ante el sionismo
Rosa Bonàs estuvo en el ojo del huracán sionista
cuando hizo una proposición al Congreso junto a Puigcercòs pidiendo la
suspensión de todas las ayudas del Estado español hacia Israel, incluyendo todo
tipo de cooperación cultural en protesta por la política genocida de Ariel
Sharón y contra la ocupación de los territorios palestinos de Gaza y
Cisjordania, justo en las fechas en las que Carod y Maragall realizaban el
homenaje a Rabin.
Esto levantó las protestas airadas de la
Embajada de Israel, de la comunidad israelí en España, el odio visceral de
Pilar Rahola, y las acusaciones automáticas de antisemitismo.
Rosa Bonàs se defendió calificando a Rahola de
«portavoz de Sharon». Carod zanjó el tema sometiéndose al sionismo, pidiendo
perdón en una carta en la que calificaba la iniciativa de Rosa Bonàs «como un
error político grave que, además, no es coherente de ninguna manera con mis
propias convicciones (...) Estas y otras consideraciones las he planteado,
personalmente, a los responsables del Grupo Parlamentario de ERC en Madrid,
así como a los representantes diplomáticos del Estado de Israel en España.
(...)
Nuestro rechazo sin paliativos al terrorismo,
nuestro reconocimiento incuestionable al derecho a la defensa del Estado de
Israel» (21). Carod Rovira acaba su patética carta reconociendo el derecho a la
existencia de un Estado palestino. ¡Faltaría más!
EL INDEPENDENTISMO EXTRAPARLAMENTARIO
Aunque la mayoría de grupos extraparlamentarios
independentistas se sitúan frente a los crímenes sionistas y en defensa de la
causa árabe, el sionismo también influye en algunas de estas fuerzas
políticas. Toni Gisbert, dirigente del Partit Socialista d’Alliberament
Nacional (PSAN), responsable de de Acció Cultural del País Valencià y marido de
Nuria Cadenas (independentista encarcelada durante años), identifica judaísmo
y catalanismo en un escrito lleno de manipulación histórica, verdadero
homenaje al nacionalismo de sangre:
«Los puntos en común con las reflexiones del
judaísmo son notables (...) una parte importante de nuestro pueblo reclama,
como lo reclama una parte importante del judaísmo, un hogar nacional propio.
(...) Un territorio donde no somos los únicos que estamos: igual que los
judíos, hemos sido convertidos en minoría en algunas parcelas de nuestra
propia tierra por siglos de ocupación.
Pero como ellos, hemos vivido ininterrumpidamente
desde nuestro nacimiento como pueblo. (...) Tampoco renunciamos a las parcelas
donde somos minoría: porque para nosotros la tierra tiene valor por ella
misma, nos identifica y cohesiona.» (22)
Este es el panorama del sionismo en Cataluña,
una fuerza que ha encontrado una sólida base de apoyo entre una buena parte
del nacionalismo catalán, dispuesto a transigir con cualquier brutalidad de
Israel a cambio de fortalecer las posiciones de la burguesía catalana.
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